Coplas, 2012
Las coplas manchan el alba Estrella,
yo que te quise querer pero no fuimos suficiente y lo sabía, lo sabías, lo sabemos todos
pero solo un loco le cierra las puertas al amor
solo un tonto deja de vivir por miedo porque no es suficientemente listo para saber que la recompensa es la vida misma vivida en la carne día con día por uno mismo no por otras personas electrodomésticos libros o lo que sea que no sea uno mismo y decidimos jugar el juego que llamábamos así para no comprometernos
pero nos comprometimos nos casamos tuvimos muchos hijos y tuvimos mucho miedo sabíamos por qué pero no queríamos decirlo y no tuvimos qué, vivimos la lluvia, el temblor la muerte, el dolor
henos aquí Mudas Sordas Torpes
viviendo cada quien su universo como rayitos de luz iluminando quién sabe qué deseando quién sabe qué más viviendo casi completamente casi, excepto por un puntito por una mísera fracción como por decir la Tierra en el universo
y en ese puntito alejado, aparentemente solo vive el calor deseado desde hace tanto, tanto ahí, esperando ser descubierto esperando.
¿Qué va a ser? ¿Qué va a suceder? Hace tanto que nacieron las estrellas tanto que los hombres nombran constelaciones que no recuerdan. ¿Cómo te vas a perder con un GPS? ¿Cómo esperas recordar cuando nacieron las estrellas si ni siquiera recuerdas cuando naciste?
Así podrían pasar años años años años risa años sombra años cuando te acuerdas que pasaron y ya fueron muchos ya no van a volver y dices —¿ Qué hubiera pasado?— Casi como ir de compras como una neurótica en quién sabe dónde mordiéndose las uñas preguntándose qué hubiera pasado si se compraba los zapatos rojos.
—¡ Yo quería los rojos eran para mí los rojos solo por pendeja no me los he comprado!—
y en vez de eso se ha comprado unos azules que no le gustan todos dicen que le van bien ella sabe que le van bien pero no le gustan. Ella quería los rojos entonces
y vivimos todos con zapatos que nos van bien pero no nos gustan y nos mordemos las uñas nos jalamos el pelo nos compramos más zapatos sin pensar que podríamos sencillamente quitárnoslos ponernos los que nos gustan intercambiarlos andar descalzos andar en zancos o hacer lo que sea necesario para estar cómodos nosotros,
porque cada par es único cada ser es único y equivalente nadie podrá borrar nuestro encuentro nadie nos podrá hacer pensar que lo que sabemos que es no es cierto. Así que opino que quizás deberíamos ya no defendernos darnos cuenta que quizás no hay ningún ejército aguardando tan sólo el viento helado de invierno esperando atravesarnos los huesos y suceder, como todo lo demás ha estado sucediendo. Igual pero diferente como ahora Igual pero diferente porque queremos que sea ahora.
¿Ser o no ser, la copla?
Pero queda en la memoria tuya, para ti como este intento que si fracasó qué importa porque ese no era el punto la nebulosa se desenreda la razón choca pero yo sigo, qué importa porque te digo que no era el punto sino decirte, cantando todo lo que te he dicho ahora.
Coplas tomado de: