CASI GLORIA PERO…
(advertencia preliminar: en realidad esta publicación estará completa hasta después de expuesto el performance que completa la obra, el día del evento. Por ahora te ofrezco una aproximación)
Ficha de exposición
Voluptuosidad fragmentada
PREMACO Monterrey 2020
Código QR – denise longoria
También puedes usar este enlace para ver la ficha técnica de mi obra en esta exposición.
PRETEXTO
(pendiente)
CONTEXTO
Crecer en un mundo violento
Ser hembra, ser mujer, ser un animal humano. A mí me ha tocado una experiencia violenta, más amarga que dulce en un mundo que endulza la violencia. Tan violenta como la de algunas, dulce en comparación con otras. Increíble de: ficcionar, no creer, exagera, está mintiendo, para autres, otros y otras.
La verdad (que descubre) el arte, es lo que tú ves al ver ese arte.
El lenguaje
Camino a mi casa, después del segundo día de montaje, el primero para mí, del evento que dio pie a esta pieza. Se me ocurrió esto, que soy cobarde. Porque me preguntaron el significado de algunos símbolos. Y aunque la totalidad de mi pieza para mí es como un árbol, con sentidos como ramas que se bifurcan. La verdad es que me avergüenza la claridad que alimenta algunos símbolos. Me avergüenzo tanto que se me traban las palabras y en vez de elaborar expresar con el lenguaje frontal de todos los días lo que significan para mí, como creador, algunos de los símbolos, malabareo el sentido y busco otras realidades.
Una verdad incómoda
Sexo, violencia, miedo…
Estoy ofrendando al espíritu colectivo estas bestias que me nutren y me devoran.
TEXTO
Instalación sonora poético performática
1. Violencia
(instalación sonora)
Lo bonita no te quita lo pendeja. —me dijo.
Y cuánta razón tuviste… ahora, henos aquí.
2. Culpa
(instalación sonora)
Toda la vida sentí vergüenza de ser quien era porque pensaba que yo era algo descarado, cínico, degenerado, perverso, vano, superfluo, inferior…. hasta que mi papá murió y para mí fue de cierto modo un alivio que muriera, porque tuve espacio y tiempo para descubrirme sin una voz crítica juzgando cada cosa que hacía y pensaba. Pero al mismo tiempo sentí culpa por sentir alivio y me encontré ante la disyuntiva entre darme cuenta que yo en efecto era mucho de aquello que “mis mayores” (hombres importantes en mi vida, la mayoría, y alguna mujer también) consideraban equivocado. El ejercicio profesional de la danza, el teatro, el canto, la música, el performance me permitió sanar poco a poco la brecha que abrí sin darme cuenta, para alejarme de eso que era natural en mí, y acercarme más a eso que ellos, según mi percepción, idealizaban. Porque yo quería su cariño, y como no lo conseguía siendo lo que era, traté de alcanzar su aprobación, siendo lo que no soy y avergonzándome por lo que era. Pero el mundo no era ese templo, ese monasterio dedicado al escrutinio racional del pensamiento lógico y la literatura. El mundo fuera de ese templo me parecía tan fascinante y me sentía tan sedienta de ese mundo, que me lancé al mundo con una venda puesta, rechazando enloquecida mi propio sentido común. Aceptando riesgos que luego cobraron la cuenta, con intereses, porque me di cuenta, como Edipo, luego de pagar caro esos intereses, que era visible lo evidente. Pero yo no quise ver.
Por mi culpa…
Mi padre: Un hombre, a quien odié solo por lo mucho que amaba, me dio el regalo de la literatura y luego me dio el regalo de su muerte.
Por mi culpa…
Mis hermanos: Los hombres me dieron miedo toda mi vida (porque te traicionan, porque te hieren) por “eso” que “todos los hombres” detestan/quieren.
Por mi gran culpa…
Una vez conocí a un tal poeta en Monterrey, y ahora ya no colaboro con ningún colectivo literario:
Un hombre, fascinado por “mi talento”, se ofreció a ayudarme cuando yo pensaba que yo no era importante para nadie. Me promocionó, me recomendó, me exhibió, y más temprano que tarde (siempre, la verdad, siempre) fue muy evidente para mí cual era el “talento” mío que él deseaba. Pero yo no me alejé de él porque pensé que lo necesitaba para salir adelante. Y acepté, con vergüenza lo acepto, acepté licencias y comportamientos cada vez menos aceptables. Hasta que porfin logró tocar la entraña de ese talento que él tanto deseaba y entonces logré aceptar, cuándo, algo es completamente inaceptable.
3. Purificación
(instalación sonora)
“El tiempo no cura nada, cura lo que hacemos con nuestro tiempo”.
y los viajes
y la poesía
y las canciones
Canto el lenguaje que me da la Naturaleza, y en ese lenguaje y en esa naturaleza, me perdono.
Performance sonoro
Sacrificio y redención (audio durante performance)
Instalación visual (incompleta antes del performance)
Altar
- La gloria, violencia, un dulce
- Los beneficios, culpa, un libro
- La señal, purificación, un cerillo
- In situ
SUBTEXTO
(pendiente)
Foto de imagen por Imagen de Pete Linforth en Pixabay