Sobre el miedo a escribir – Entrevista a Denise Longoria para 15Diario por Eligio Coronado

Da miedo escribir tu primer libro. Cuando releía la entrevista que me hizo Eligio Coronado para 15Diario, recordé una pregunta que me hicieron sobre el miedo a escribir. Y me di cuenta que para mí también, “la inseguridad” ha sido uno de los principales obstáculos en mi proceso como escritor.

¿Por qué escribes?

¿Alguna vez te has sentido hasta el fondo, incapaz de articular dos palabras juntas, sintiéndote vacíx de todo menos de una estática paralizante que enmudece cualquier sentido y cualquier idea que se te ocurra?

Hace poco me hicieron una entrevista para 15Diario por la publicación de mis primeros libros:

Y me acordé de un comentario que me dejaron en el blog, sobre el miedo a escribir, porque me di cuenta que en la entrevista una de las cosas que más “lamento” por así decirlo, en este camino de escribir y publicar, ha sido detenerme por mi propia inseguridad y miedo de escribir y publicar mis propios libros.

Es una bonita entrevista, disfruté mucho viajar y recordar formulando las respuestas. Muchas gracias a Eligio por haberla publicado. Puedes leer la entrevista completa con el enlace al final de este fragmento.

En el siguiente video también puedes escucharme leyendo la primera pregunta y respuesta de esta entrevista. Espero que te sirva y que te agrade 🙂

[fragmento] Entrevista a Denise Longoria para 15Diario

1- ¿Cómo escribes?

Con entrega, con pasión, a veces con rabia y otras con gozo, pero siempre que se puede; cuando escribo poesía sobre todo, pues escribo muy inspirada, como si se estuviera revelando ante mí el texto como una imagen, y mi trabajo fuera “pintarlo”, escribirlo.

     Otras veces escribo completamente derrotada porque quiero escribir pero no se me ocurre cómo empezar y me pregunto si de verdad sirvo para esto o solo son ideas mías, sobre todo cuando escribo cuentos e historias. Por eso desde hace unos años, desde que publiqué mi primer libro de poemas de hecho, en 2018, me di cuenta que en verdad tienen razón todos los escritores cuando dicen que hay que escribir con oficio, con método.

     No me refiero a un estilo, sino a escribir de forma constante, aunque no haya nada que escribir, escribir de todas formas. Antes solo escribía cuando me inspiraba, ahora se me ocurrió inventarme “trucos” para motivarme a escribir, para que “la inspiración me encuentre trabajando”.

     Eso nos decía la poeta Minerva Margarita Villarreal, en su taller de creación literaria en segundo semestre, el primer año de la carrera. “Que la inspiración te encuentre trabajando”. Creo que es una frase que aprendió de su amigo José Emilio Pacheco, no estoy segura. Sí nos dijo de quién, pero no recuerdo. A mí esas cosas se me olvidan.

     Minerva fue una gran maestra, fue la primera en enseñarme el oficio de forma impecable. Me dio libros, buenos libros, la colección «El oro de los Tigres» que acababa de publicarse; me regaló los primeros dos tomos, todavía los tengo. Y los releo cada de vez en cuando, sin orden, solo así. Como si fueran ventanas cada uno, un mundo distinto con bellísimos paisajes. Recurro mucho a esos libros para inspirarme y aprender. Es un gran legado esa colección de «El oro de los tigres».

     Yo jamás la hubiera comprado por mí misma, me parecía demasiado cara. Pero ella me los regaló, y en su taller nos recomendó muchas lecturas y yo las leí impresionada ante la belleza de esas palabras, de ese sonido.

     Su taller era de creación literaria, pero sobre todo nos enseñó a leer poesía y a corregir y depurar un texto. Nunca en ningún taller (y he tomado muchos) he visto a nadie corregir (destrozar) un texto como lo hacía Minerva. No creo que fuera lo ideal en un taller con un montón de morritos, muchos de los cuales ni quieren o no saben si quieren escribir, solo están ahí porque es parte del programa de la carrera.

     Pero para mí, creo que fue la mejor clase de toda la carrera y es el mejor taller de escritura creativa que he tomado hasta ahora.

     Obvio en el momento no hice caso al 80% de las cosas que nos dijo Minerva sobre el oficio, y ándale, siete años para lograr escribir mi primer libro de poemas que ni siquiera publiqué, y nueve años para empezar a entender cómo construir una historia y publicar mi primer libro de cuentos. Que está recién publicado de hecho. «El amor en los tiempos de la Pepcola» (2020), está disponible como ebook en Amazon. Este enlace lleva directo al libro: https://amzn.to/2uADFTb. Antes de ese libro, en 2019 terminé y publiqué mi primera novela, pero fue más un ejercicio narrativo. La publiqué con un pseudónimo porque no estoy orgullosa del resultado, solo necesitaba un resultado.

     Trato de escribir con inspiración siempre que puedo, pero si no hay inspiración entonces poco a poco me he obligado a escribir con oficio, y poco a poco deja de resultar tan angustiante y pesado el proceso. Sobre todo al final, por ejemplo, cuando corrijo mis textos, que siempre ha sido para mí la parte menos divertida, la edición, la corrección. Asegurarte que el texto escrito suena tan genial cómo se siente en tu cabeza.

     Porque a veces (muchas veces) escribir se siente como una lucha perdida, como picar piedra en lo profundo de una mina o arar el campo bajo el sol, y luego uno se siente ridículo porque no estás en una mina ni bajo el sol, estás sentado pensando, imaginando, escribiendo, pero así de arduo es a veces encontrar las palabras adecuadas. Entender el mecanismo para componer la historia, para traducir la sensación a poesía.

     Pero entonces sucede justo como decía Minerva (que decía José Emilio Pacheco o no sé quién), y como repiten todos los escritores profesionales que he leído hablando de sus procesos creativos. Estás ahí ante el texto sufriendo, pero luego, te obligas un poco a adentrarte en el momentum, en la posibilidad. Como si empezaras a darle a una bicicleta muy duro, pero de pronto ya encuentras el hilo y es como si volaras. Es muy divertido, como si estuvieras viendo la mejor película del mundo pero nadie más conoce la historia porque apenas se te va revelando.

2- ¿Por qué escribes?

Sobre todo escribo porque existe en mí el deseo, la necesidad incuestionable de escribir. Surgen canciones, surgen poemas e historias que tengo ganas de escribir y lo hago. O lo intento porque antes no me salía para nada. Pero luego ya de varios intentos van saliendo las cosas.

     También escribo para mí, como una forma de catarsis. De hecho así empecé a escribir, para huir, para desahogarme. Luego seguí escribiendo para entenderme y al mundo que me rodeaba. Y después seguí escribiendo por gusto y porque vi que a mis amigos y a desconocidos también les gustaba. Y porque también me gusta mucho leer; la historia de la humanidad, siempre, desde niña, me ha parecido interesante, las mitologías, pero luego en la carrera tuve mucha relación con textos y personas interesadas en historia, filosofía, sociología, psicología, y me di cuenta que la literatura es importante.

     Entonces me di cuenta que también escribo para crear un espacio seguro en donde podamos ser humanos, los que me leen y yo, para darle un espacio a la ternura, a los sueños en el caso de mi poesía sobre todo; y a la diversión al gozo, al conocimiento. Escribo también como un ejercicio de libertad, como un manifiesto contra el miedo, el tedio, la vergüenza. Escribo a favor de la libertad y la diversidad, contra el despotismo y el silencio.

3- ¿Desde cuándo escribes?

Empecé a escribir diarios, que nunca me gustó como sonaban, cuando tenía 6 años. A los 14 empecé a escribir poesía para desahogarme por situaciones muy difíciles que tuve que soportar en mi casa y en la escuela. A los 16 años más o menos empecé a escribir sin orden pero con gusto para mis amigos; escribía cuentos y poemas, de pronto celebrando la amistad, de pronto medio obscenos; bueno, porque estábamos todos en la edad de la punzada, o sea, todo súper normal. Después estudiando letras, tuve un taller de creación literaria súper revelador con la poeta Minerva Margarita Villareal. Ese taller fue muy importante para mí porque forjó mi noción de “escribir con oficio”.

     A partir de entonces pues terminé la carrera y he tomado muchísimos cursos y talleres literarios. Durante la carrera viajé por todo México (Cdmx, Mérida, Puebla, Tijuana, Querétaro) como ponente en distintos congresos organizados por la Red Nacional de Estudiantes de Lingüística y Literatura (REDNELL), y eso me motivó mucho a seguir escribiendo. Y pues desde 2012 que murió mi papá, hasta 2019 más o menos, estuve según yo en peligro de “abandonar” la escritura, porque me enamoré de la danza, de la música y el teatro, y de pronto sentí que escribir a lo mejor había sido un error, una cárcel en vez de un refugio. Pero luego me di cuenta que en realidad nunca en esos siete años dejé de escribir.

     En 2017, por ejemplo, gané la beca del Centro de Escritores de Nuevo León, a la tercera vez de intentarlo. Y en 2018 obtuve una residencia en la Casa Internacional del Escritor Bacalar, en Quintana Roo. Jamás hubiera aplicado a nada de eso si no tuviera ganas de seguir mi carrera de escritora, pero digamos que pasé por un “reset”, en lo que sanaba muchas circunstancias por resolver tras la muerte de mi papá a quien le doné un riñón, la operación falló, él se infectó… luego hubo otra situación muy lamentable que sucedió el mismo día del funeral de mi papá.

Algo relacionado con mi pareja de entonces y mis amigos. Ya ha pasado mucho tiempo, y el tiempo lo que no sana, alivia. Pero en ese momento sí fue muy duro. De pronto la carrera, la vida como la conocía, el futuro todo se evaporó como humo ante mis ojos y yo me quedé como flotando en un espacio infinito y sin sentido. Eso pasó en quinto semestre de la carrera de letras, y los primeros años después fueron muy duros.

     Ahora me da un poco de vergüenza con mis maestros sobre todo, y algunos compañeros. No creo haberles causado demasiada buena impresión lo último de mi estancia en la carrera. A mí simplemente me dejó de importar. Ya nada me importó. Lo único que tuvo sentido para mí esos años fue la danza. La danza me salvó entonces, así como antes me salvó la poesía, pero aunque se me quitaron las ganas de escribir, según yo. Seguí escribiendo, llenando libreta tras libreta. Hasta traté de ya no comprar libretas y solo escribir en la compu porque me daba cosa estar desperdiciando tanto papel. La última vez que conté, de 2012 para acá, tengo 36 libretas sin editar. Así que aunque según yo abandoné la literatura, supongo que la literatura no me abandonó.

4- ¿Para quién escribes?

Varía. Al final, siempre escribo primero que nada para mí. En los momentos más nefastos del proceso creativo, cuando el crítico interno viene y te arrecia con puros pensamientos negativos de que nada de lo que haces tiene ningún valor; en esos momentos me ha salvado recordar que, ante todo, escribo porque me gusta, porque deseo hacerlo. Dicho eso, claro que también escribo para otros a veces. He escrito para la gente que quiero, amigos, familia, personas que en ese momento tienen mi atención y se elevan como musas que me “dictan” la poesía, y entonces con esas palabras yo “forjo” la poesía. A veces como si ensamblara algo y a veces literal como si fuera un herrero dándole duro al metal caliente con un mazo. La poesía a veces sí la escribo para “alguien” en específico; la mayoría de las veces la escribo inspirada en sentimientos o sensaciones.

     Para las historias, en cambio, me inspiran más las ideas o los conflictos y problemas que veo a mi alrededor. Últimamente, que me puse más en serio a escribir historias, también logré que algunas personas me inspiraran a escribir historias pero, la narrativa para mí es un ejercicio un poco más consciente. La idea de la historia a veces surge igual, como la poesía, pero escribirla sí requiere un esfuerzo un tanto más consciente de mi parte, de querer escribirla. Por ejemplo cuando, literal, alguien me encarga una historia para algo o yo me pongo el reto de escribir. Así sucedió con mi primer libro de cuentos, por ejemplo, que yo decidí escribirlo. Si no la historia simplemente no sucede, más que en mi cabeza.

Enlace a entrevista completa

Enlace a entrevista completa en 15 Diario

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