Te quiero así
como una hoja
sin texto
pura clásica
sin maquillaje
negra
como la historia
de los pueblos
amazónica hebráica china
indojaponesa palestina.
Te quiero
como la luna
convertida en quesadilla
amarilla
igual que tus ojos
después de
una peda
de catorce días.
Ten
tu café egipcio
de Chiapas oriental
mientras te ubico
en mi mapa
del hemisferio
occidental.
Vestida con
la ropa
de los tiempos
pensando que soy
un espejo
sin aliento
para ver
tus nubes
tus flores
tus montañas
tus colores
y bullir luego canciones
cargadas
de evocaciones
tiernas
nocturnas
bucólicas
anticuadas.
Como de niño
viejo
en la cuna
medio espantada
o de corazón hinchado
picadura
de escorpión.
Aguda salvaje
venenosa lista
ágil.
Fatalidad mirarte
y me olvidé de Marte
comprendí
que el universo
vagabundo
como un rezo
desdobla verdades
con la luz
de la razón
disuelve coyunturas
fotografía el arte.
Cambia el son
sin consideración
de la magia
en el aire
sabor de tu ropa
color de tu pelo
brillante
como tu labio
superior
bajo el invierno
de un farol.
Ojos de instante
cejas de ensueño
Diosa entre
las llamas
de una caverna
de perros
azules de mirarte
te pierdes y exhalas
secretos que
no entiendo.
Me encelo,
me siento como un árbol chueco
muriendo por volar en tu aliento
lento.
Mirar el mar, calmar el cielo
en mi imaginación
dedicarte
una canción
que pueda
decir por mí
lo que no
puedo hablar
yo.