octeto para cuerdas, mendelssohn, i musici – la muerte del comendador

Hace poco vi a mi hermano por Navidad. Y me recomendó una historia de Haruki Murakami. La muerte del comendador. Me prestó los dos volúmenes y recién comencé a leer el primero.

Esta música, octeto para cuerdas de Mendelssohn interpretado por el conjunto de música de cámara I Musici, es la primera referencia musical en la novela.

En estos momentos estoy tratando de recordar el nombre específico de ese recurso literario. Que consiste en mencionar una pieza musical o artística en una obra literaria. Pero justo ahora se me escapa. Y en google no me resultó tan fácil de encontrar.

Si tú recuerdas cómo se llama esa figura literaria, escríbelo en comentarios. Igual si busco un rato en el Diccionario de Retórica y Poética de Helena Beristain debe de aparecer por ahí.

Y de La muerte del comendador, apenas voy en el capítulo 3, pero está resultando muy interesante. Hace mucho, no sé cuando, leí Tokyo Blues. Recuerdo que me pareció una historia interesante aunque no me picó el estilo tanto como para buscar a conciencia más libros de Murakami.

Aún así este libro, la historia, la estoy disfrutando. Y además me está resultando muy provechoso para un nuevo proyecto literario en el que empecé a trabajar a conciencia hace poco. Es un nuevo libro de historias y espero tenerlo listo a principios de febrero (osea ya).

Está interesante porque es de un tono mucho muy diferente por ejemplo al cuento de navidad que escribí para una amiga. Y esos tonos juntos suenan dispares, como sin armonía.

Dibujo literario:
dos estilos diferentes en las manos

Es curioso. Escribir ambos estilos de cuentos “al mismo tiempo” estas fechas se sentía raro. Como tocar dos notas en el piano al mismo tiempo y que suene mal. Sin armonía. No sé explicar cómo, ni por qué. ¿Cuál es la necesidad de imaginar? Pero hablando en términos de literatura. Estar con la mente en ambos tipos de cuentos, el de navidad y el de nuevo libro de relatos que estoy escribiendo para febrero. Casi te puedo jurar que en el espacio abstracto de mi mente, los estilos literarios me parecen como tipos de tela. Como si estuviera creando cuadros que en vez de “pintarlos” con pintura. Pinto como si las historias fueran un mosaico con distintos tipos de tela.

Así como en el arte hay cabida para todo. Por ejemplo mezclar dos estilos de cosas que no van, y hacer un collage posmoderno o modernista. No que yo tenga referencia de algo así pero estoy segurx que hay. Y nada pues en este caso, aunque fue interesante la reflexión. Resultó poco provechoso para el trabajo de seguir escribiendo los relatos. Porque no tenía intención de mezclar los estilos del nuevo libro con el cuento de navidad. Igual todo el trip resultó mega interesante. Inspirador. Y me dejó pensando más cosas sobre esto del arte en el arte. E eso de la música en los textos.

Imagen de Ylanite Koppens en Pixabay

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