homo sapiens cuento 1 fratello

1 – Fratello

Cuando abrí la puerta del departamento, antes de captar nada mis ojos, escuché ruidos. Primero el ruido de los ánimos cuando se interrumpen derrepente. Seguido casi de inmediato por el ruido que haría el tiempo rasgado su continuo, cuando libre de toda atadura se avalancha en canon como una tela colosal enterrando al mundo bajo sí mismo.

Escuché después el ruido incisivo y chirriante de esa misma tela petrificada como un metal que se quiebra. Luego estática, un golpe y silencio.

Solo tras la precisa concatenación de estas señas de apocalíptica metafísica. Más el perturbador sonido de unas risitas, al final, se reveló ante mí la imagen desnuda de mi hermana cubriéndose con una sábana (sábana mía, por cierto) mientras el borrón carnívoro de otra masa desaparecía repentino tras el sillón.

—Pensé que hoy ibas a salir —dijo mi hermana aguantándose la risa, subiéndose la sábana hasta la nariz mientras yo cruzaba la pequeña sala de nuestro departamento sin voltear a verla.
Mis ojos se desviaron un instante al espacio entre el sillón y la pared en el trayecto a mi cuarto. Pasé de largo sin decir nada, ignorando el alivio inexplicable que sentí cuando tras el sillón me miraron de vuelta otros ojos de mujer.

¿Existe algo más narcisista que un homosexual? Yo no creo en el pecado, solo en las posibilidades infinitas de la imaginación del hombre. Por eso la fascinación de mi hermana por sujetos de su misma biología nunca me pareció algo completamente aberrante y antinatural. Al fin y al cabo el ser humano es la menos “natural” de las especies. Para empezar, por ser la única especie que abiertamente reniega su lugar en el cosmos.

Desde niños, siempre supe que mi vocación era el estudio del alma humana, porque el alma de mi hermana era un abismo inabarcable. Y lo que para ella era bueno y natural, para todo lo que todos conocíamos era una degeneración. Pero ella en vez de subyugarse a la propiedad de las formas, encontraba placer rechazando e incluso ridiculizando instituciones, que ya nadie sacralizaba realmente más que en discurso. Pero que igual, regía el comportamiento social de todos. Menos de ella.

Dejé mis cosas en el cuarto y me miré al espejo. La única ocasión, desde antes incluso de nacer, que estuvimos separados más de un año. Solo porque ella insistió en irse de intercambio a un país que no tenía absolutamente ningún interés para mí. Me dejé el cabello largo. Desde niños, desde que puedo convocar la memoria a mi voluntad, nuestros padres me cortaban el cabello con un determinismo militar. Para distinguirnos.

Marble House – The Knife

Pero ese año de intercambio nadie me conocía. Ni a mi hermana. No había necesidad de distinguirnos. Entonces un día desperté y al mirarme en el espejo, no era yo sino ella. Una hermafrodita versión de mi hermana quien me miraba de vuelta. Todo ese año me casé con ella. Hasta que terminó el intercambio y nos mudamos a un departamento juntos en la ciudad.

Ella se quería ir, a mí me daba igual. Pero mis papás no la hubieran dejado irse sola. Así que yo me ofrecí para irnos juntos. Sobre todo porque juntos yo ya no tenía que ser ella. Podía ser otra vez yo.

*

Agudicé el oído. Tenía hambre y quería usar la cocina, pero nunca escuché ningún cerrar de puertas. Así que mi hermana debía seguir ahí en la sala desnuda con su amiga. Con la tripa gruñendo me dejé caer de espaldas en la cama y antes de tocar las sábanas me quedé dormido.

*

Cuando desperté todavía estaba oscuro. Primero pensé que mi hermana y su amiga seguían desnudas cubriéndose con mi sábana en el sillón. Entonces me olvidé de mis manos. Pero cuando vi que ya no estaban. Sin saber si era muy tarde o muy temprano, salí a la ciudad.

*

La chaqueta la olvidé en la casa, pero me di cuenta cuando ya estaba muy lejos.

Nota (brevísima) de autor

Hola, ¿qué te ha parecido este cuento? Medio freaky ¿no? Creo que estoy mirando un patrón a seguir, un contexto para esta historia. Por ahora te adelanto que tiene algo que ver con la historia de los hijos y los viajes, pero ya que tenga las cosas más claras te cuento más al respecto.

Sobretodo suscríbete a mi blog para poder escribirte por correo y así contarte con más orden y calma como va saliendo esta historia y demás proyectos creativos. Unos ya definidos para este 2020 y otros que irán saliendo por ahí.

Muchas gracias a Jorge Chípuli por dejarme acompañar mi historia con su arte. En específico las piezas que ves ahí, la primera imagen se llama Butterfly. Y las dos al último tituladas Hands y Leg Day, de izquierda a derecha. Todas de 2018. Puedes ver más arte de Jorge Chípuli en su página aquí.

Escríbeme en comentarios si quieres leer más de esta historia y qué te ha parecido, y comparte con alguien que también le guste leer cositas navidarks tipo así.

Gracias por compartir. Un abrazo.

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